Hay situaciones
para las que no estamos preparad@s y otras personas pueden enfrentar mejor.
Es posible prepararse
para morir en muchos sentidos...
En lo cotidiano
implica tener presente la muerte y estar al día en los temas personales
y materiales.
Dejar las
cuestiones patrimoniales al día... con los
vínculos, prestar atención a los encuentros,
a las palabras,
no quedarnos con cosas que queremos hablar.
Escuchar la voz
interior que nos dice que no podemos irnos sin haber hecho o dicho determinadas
cosas.
Hay que reconocer cuál es la idea que tenemos de la muerte,
Hay que reconocer cuál es la idea que tenemos de la muerte,
las creencias
personales ayudan al partir de este mundo.
Hay personas religiosas cuya fe les da pautas sobre lo que puede suceder después de la muerte.
Hay personas religiosas cuya fe les da pautas sobre lo que puede suceder después de la muerte.
Por ejemplo,
estar junto a Dios. Eso a veces da consuelo, ... a veces no.
Si la persona
está en paz puede tener una idea de un después amable,
interesante.
Pero si hay
culpas, aparecen los temores ante un probable castigo.
Lo mismo ocurre
con quienes creen que con la muerte termina todo.
Y están los que
creen en reencarnaciones, y entonces para algunos esta idea de continuidad, de
trascendencia es tranquilizante.Y nacen y
mueren proyectos, vínculos, etapas...
Lo único
permanente es el cambio.
¿Y qué es el
cambio? Nacimiento y muerte.
“Morir, en
definitiva, es una cuestión humana”
quien nace ...
antes o después ...¡muere!.
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