El consumismo alimenta la
ingratitud... y hace que los sueños no existan.
Nos adaptamos y "el sueño" por algo
nuevo decae rápidamente...
La comparación con otr@, supuestamente más afortunad@,
nos lleva a sentirnos menos y
descontentos.
La gratitud, nos hace conscientes de todo lo que ya somos y
poseemos, y al sentirnos satisfechos,
nunca lleva a sentirnos en inferioridad.
En el consumismo necesitan convencerte
que no estás feliz que sos infeliz, porque no viajas, no compras, no haces lo
que hacen todos.
Coincidido en que los seres humanos
tenemos una increíble habilidad para adaptarnos a las circunstancias,
acostumbrarse a la satisfacción es hacer
conscientes a toda hora de lo afortunad@ de nuestra condición... agradecer lo
que tenemos y somos.
La práctica de la gratitud es
recordarnos,
lo buena que es realmente la vida.
Besos en las mejillas,
Marga.
"Sé espontaneo y genuino, sin trazar una línea entre lo que es
espiritual y lo que no. Ignora el tiempo, abandona ideas y conceptos y acepta de
corazón la Unidad; éste es el camino integral".
Hua Hu Ching