No puedo
decir nada que me haga
ver más allá de este horizonte...,
sigo confinada al
aislamiento...
La
que soy ...la que
fui...
tachando escritos,
juntando
datos y fragmentos
de
dudosa claridad...
Algo
que tenga sentido para
los
olvidados en cielo y la tierra,
descubrir algún hueco,
donde habita la esperanza,
sin sorpresa y sin límite...
con
música en el infinito,
y bemoles en el piano...
y bemoles en el piano...
atravesando silencios,
sacudiendo el alma,
sacudiendo el alma,
... adornando palabras,
donde
el tiempo,
enojado
de estar en la jaula,
da
pasos lentos y yo,...
me
cuelgo en su tic tac...
al
revés...
Y ya, en
la memoria guardiana
de lo
que he vivido aprendido
y
sentido...,
con
aire de familia,
preparo
una taza con té
de
manzanilla, con gusto
a mi
niñez...
Intento llenar este vacío
con mi
adicción a escribir,
para encontrar
alguna
insignificancia,
que le
dé sentido a mi existencia,
sabiendo
quien he sido...
y quién
soy HOY...
pronunciando alguna
ceremonia de despedida,
para
deleitar a mi alma...
¡ tan
cercana y tan vieja !.
MARGA® .
© Todos los derechos
reservados
Porque es una lástima muy grande no decir
nunca lo que uno siente.
2 comentarios:
Marga, las letras son las fieles compañeras del alma, en ellas expresamos las soledades y las risas de los niños en las plazas. También las nostalgias se abrojan en ésas noches largas donde frente a un papel con un manantial de sueños brotan versos jamás pensados.
Un gran abrazo.
Me ha gustado mucho, es profundo, sentido...
Un beso.
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