jueves, 6 de junio de 2013

Pinto en mi memoria... en blanco y negro, los rastors de mi infancia.

A veces extraño las tardes en la peluquería de María Rosa... y el apasionante camino entre los árboles de la plaza "San Pedro",
que invitaban a las escapadas con mi amiga Elvira.

Recuerdo el cuarto de la terraza donde guardaban viejos libros,
de mi abuelo y esas críticas a mi tía Ofelia.
Era instalarme en un mundo regido por leyes distintas,
 el simbólico mundo de la niñez... y ahora,
"haga lo que haga siempre tardo menos en llegar y más en despedirme...".
Las reuniones para ver televisión a la tarde con los vecinos del segundo "A",
encargados de preparar la leche y los pastelitos de membrillo,
eran para regodearme y flotar por el aire... 
 pero, siempre ganaba esa gigante polaca 
 "Doña Catalina"... con la bolsa de caramelos. 
 
El sonido del  tocadiscos era el elegido para pasar
los long play favoritos de los Beatles, Sandro y Palito Ortega...
 
Como olvidar las kermeses organizadas por la escuela
 y las ferias municipales que ocupaban varias calles.
Como olvidar el viejo cine de barrio donde pasaban
 hasta tres películas los sábado por la tarde.
Todo era parte de ese vínculo con la infancia y la adolescencia.
Soy una melancólica, una coleccionista de imágenes en blanco y negro.
 
Ahora que pasaron los años puedo decir que fui muy feliz en aquella infancia,
 sin darme cuenta, ... pintando en mi memoria,
en blanco y negro, los rastros de mi infancia.
 
Es verdad, extraño esos días con amor y con una sonrisa, pero más... mucho más ...
 a mi mamá… y también a mi papá. 
Cada SER,  escribe recuerdos en su cabeza
que con el tiempo se vuelven su vida....
 
 
Me dejo llevar por esas calles del recuerdo...
y como se sonríe a un fantasma me susurro al oído
¡ gracias!,
 envuelta en el pliegue de la fugaz memoria, pienso que moriré feliz sin anunciar mi adiós a nadie...
Marga®
Marga Seoane
 
© Todos los derechos reservados
 
 
 
Tú eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida esta ceremonia demasiado pura.
 
 
 
 

1 comentario:

Loli Salvador dijo...

Hola Marga, miramos atrás en busca de recuerdos, de personas que estuvieron a nuestro lado y de lugares que formaron parte de aquel nuestro tiempo, y se piensa en la edad, los sucesos, en todo lo que vivimos e inevitable aparece la emoción y la nostalgia.
Que tengas una feliz tarde. Un saludo