Hay
un instante de nada,
de vacío que
quema,
sofoca... arde y calcina.
Hay un
instante...
en la madriguera del destino
en la morada
de la carne...
Hay un
instante
para decir
siempre,
otro para
decir nunca.
Hay un
instante para
llevar flores
a la tumba,
otro instante
para
dar flores a
los niños.
Hay un
instante de mi niñez
donde las
flores
nacían
en mis manos...
Hay un
instante de mi vejez
donde los
pétalos caían secos
como lágrimas
en los ojos.
Hay un
instante donde se junta
el recuerdo de
ser vieja,
joven y
niña...,
danzando el
baile del nacimiento...
como hace
siglos.
Marga®
Marga
Seoane.
© Todos los derechos
reservados
© 2013
“Antes del tiempo que pase en el seno de mi madre,
¿no habré estado en otra parte y he sido otra
persona?”
San Agustín
3 comentarios:
Hola Marga, llevo unos días sin venir a verte.
Hoy tomas conciencia de este trayecto vital, tan humano, tan verdadero, nada hay que no encuentre eco en el corazón. Un poema que se enfrenta al sentido definitivo de la propia existencia.
Un fuerte abrazo.
Muy bello poema Marga, es verdad que hay un instante para todo.
Un abrazo.
Conchi.
Estou passando para apreciar sua maravilhosa página e agradecer por estar conosco.
Muito obrigada e volte sempre.
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