Es una sensación extraña y chocante...
Primero, el hecho de
ser libre y tener reducida la libertad.
El domingo, está
siendo igual que el sábado o que cualquier día de la semana.
Y así,
sucesivamente...
Es como estar atrapada en el tiempo.
Hay momentos en que
una se siente como una infectóloga, o como una opinóloga hablando de lo mismo.
Por mucho que
quiera hacer buenas acciones esto ya es como un acto de rebeldía o un intento de
fuga...¡ quiero ver a mis nieto@s, a mis hij@s, abrazarlos, besarlos y
... sabes que vas a estar en el mismo
lugar, aunque
parezca ficción, nos separa un barbijo.
A la burbuja
de la cuarentena aún le queda tiempo ... ¿cuánto?,
no
sabemos.
Lo que sí
tenemos claro es que las crisis sacan lo peor de algunas personas pero
afortunadamente ... ¡ lo mejor de otras ! esas que tratan de sanar las almas del
prójimo más cercano, aunque la propia está rota.
Están
l@s que quieren salir a toda costa
hacia otro lugar y son sorprendid@s y devuelt@s a sus casas.
Están los que
se anotan para trabajos solidarios ayudando a quienes están solos y
solas.
De una cosa
estoy bien segura, después de esta crisis
¡ el mundo va
a cambiar !
¿ Se
entiende?
Besos en las
mejillas, Marga.
Todos vivimos bajo el mismo cielo,
pero ninguno tiene el mismo horizonte.
Konrad Adenauer
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