Hay un punto específico que quiero trabajar este año:
¡Pensar menos...!
Porque resulta que soy de las que
pienso mucho.
Me doy cuenta que pensar tanto las
cosas hace que el cerebro tome demasiado protagonismo, dejando de lado lo que dicta el corazón.
Pensar menos y sentir más... DEBE
SER LA CONSIGNA.
Dejar de darle tantas vueltas a los
asuntos,
y animarme a más, disfrutar más,
ponerle otro espíritu a la vida.
Nadie es perfecto...
De una cosa estoy segura, he dejado
de juzgar y definitivamente Acepto más.
Besos y amor que no te falten,
Marga.
Necesidad hay de estar indiferente para lograr ver
algo.
Eugenio María de Hostos
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