sábado, 15 de abril de 2017

Ariendo los ojos...

 
Tenemos dos ojos y una boca para observar el doble de lo que hablamos.
Abriendo los ojos desde el corazón se entienden
 y se descubren más cosas que abriendo la boca.
Decía Sócrates que:
 el arte de contemplar es la virtud de preguntarnos el porqué de las cosas 
Los ojos sinceros no necesitan subtítulos,
 porque la mirada es el reflejo de nuestro mundo emocional.
 Si los ojos tienen esa capacidad “mágica”, aprendamos con los ojos bien abiertos.
Y al abrir la boca seleccionemos cada una de las palabras.
Besos en cada mejilla, Marga.
 
 
El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.
Gustavo Adolfo Bécquer
 
 

2 comentarios:

Igna dijo...

Feliz de este reencuentro y comprobar que sigue intacta tu poder de contemplación de ésta vida que pasa, entre las letras
Saludos

isabella dijo...

Son perfectas tus palabras, un gusto leerte

Carolina