martes, 16 de septiembre de 2014

Ser Grande y la envidia.

 
 En el fondo hay una especie de lectura latente de que equivocarse nos vuelve débiles chiquit@s ante un mundo perfecto, fuerte, violento, que no está hecho para perder el tiempo en reparar errores.
Esta visión errónea del error, a veces nos lleva a ocultarlos como si ignorándolos pudiéramos corregir aquello que hicimos mal...
Es necesario comprender que empezar a trabajar a nuestro SER, no sólo tiene que ver con poder aceptarlos ante un otro, sino que el objetivo principal es poder reconocerlos ante nosotr@s mism@s.
 Lo que significa sincerarnos frente a nuestro ego y empezar a construir un SER pleno y luminoso.
 
Es  común escuchar decir que tenemos “envidia de la buena”
 o “envidia sana”...  
La verdad es que no importa cómo lo adornemos,
 la envidia es envidia.. sin vueltas.
 La envidia provoca sentimientos negativos como celos, resentimiento,
rencor, rabia, y muchas veces
 se nos acumulan robándonos la paz y tranquilidad.
Besos en las mejillas Marga.
 
La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten
y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás muestra cuánto se aburren.
Arthur Schopenhauer
 
 

1 comentario:

Sara O. Durán dijo...

Tratar de ocultar los errores es simular, es mentirnos a nosotros mismos.
De acuerdo respecto a la envidia, mno hay envidia de la buena. Hay admiración.
Un abrazo.