En el fondo hay una especie
de lectura latente de que equivocarse nos vuelve débiles chiquit@s ante un mundo perfecto, fuerte, violento, que
no está hecho para perder el tiempo en reparar errores.
Esta visión errónea del
error, a veces nos lleva a ocultarlos como si ignorándolos pudiéramos corregir
aquello que hicimos mal...
Es necesario comprender que
empezar a trabajar a nuestro SER, no sólo tiene que ver con poder aceptarlos
ante un otro, sino que el objetivo principal es poder reconocerlos ante nosotr@s mism@s.
Lo que
significa sincerarnos frente a nuestro ego y empezar a construir un SER pleno y
luminoso.
Es común escuchar decir que tenemos “envidia de la buena”
o “envidia sana”...
La
verdad es que no importa cómo
lo adornemos,
la
envidia es envidia.. sin vueltas.
La envidia provoca
sentimientos negativos como celos, resentimiento,
rencor, rabia, y
muchas veces
se nos acumulan
robándonos la paz y tranquilidad.
Besos en las mejillas
Marga.
La envidia en
los hombres muestra cuán desdichados se sienten
y su constante
atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás muestra cuánto se
aburren.
Arthur
Schopenhauer
1 comentario:
Tratar de ocultar los errores es simular, es mentirnos a nosotros mismos.
De acuerdo respecto a la envidia, mno hay envidia de la buena. Hay admiración.
Un abrazo.
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