domingo, 31 de julio de 2011

A mi suegro ... "El Adiós..."


No te fuiste de la vida en un soplo porque si mirás atrás,
te fuiste anciano, que todo lo hizo....
Fuiste a un lugar donde los caminos son gigantes y apacibles.
Fuiste a un lugar donde los espacios son para volar.
A veces mi mente viaja a esos sitios que no conozco pero reconozco.
Suelo distinguir entre el sueño y la vigilia;
la enfermedad y la cordura;
la memoria y la fantasía...
porque a veces la realidad me parece un deja vu...
esa extraña sensación de haber vivido antes...

Fuiste el abuelo que contaba las historias en la ronda del mate y todos escuchábamos.
Imaginándote el héroe de otros tiempos
donde había "palabra",
donde había respeto y dignidad.

Nos gustaba escucharlo,
eran historias de honor y tradición.
Historias de caballerosidad, entereza, honradez, integridad,
rectitud, nobleza, lealtad, decencia...

La quinta del abuelo huele a él en todos los rincones,
huelen a la mención de sus recuerdos...
La abuela llora todo el tiempo,
y cubrió el féretro con flores e insignias...
Y yo le digo:
-Nacimos para vivir,
vivimos para soñar,
nuestra misión es amar,
nuestro destino es partir.

Después de pasar noches, en terapia intensiva ...
te fuiste de nuestras vidas.
Como cuando se fueron mis padres,
volví a sentir, ese dolor inexplicable.
Tu despedida se llenó de gente, amigos, familiares y conocidos.
No faltó nadie.

Hoy hace frío.
Y el viento, congela el alma.
¡Qué quietos están esos periódicos y los árboles en la quinta!
Desde donde escribo te veo en una fotografía,
junto a tu mujer y toda tu familia cuando cumpliste los 88 años.
Tu despedida fue en orden como tu constancia en la vida.
Quedás por todas partes, porque no sobran en el mundo gente buena y honesta como vos.
Sembraste a manos llenas y se vieron los frutos en tus hijos, nietos y bisnietos
de la gran familia que nos dejaste por herencia.
Y esos son los frutos... con éste contraste de vida y misterio.
Sólo me resta agradecerte por tratarme como a una hija... diciéndote que
en la vida nada acaba del todo;
cada cosa se detiene para volver a empezar.
Marga®
Marga Seoane
©Todos los derechos reservados


Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Antonio Machado

1 comentario:

josefina dijo...

precioso recuerdo a tu suegro.
Te deseo a ti y tu familia larga vida para no olvidarlo.
Un beso