miércoles, 15 de julio de 2009

HOY...



Esto de las pandemias a algunas personas nos hace ser más sensibles y comprensivas ante el
dolor ajeno porque quien ha sufrido, siempre sabe escuchar, comprender, disculpar.
El dolor te madura,te humaniza, te hace humilde, te hace capaz de pedir
ayuda y dar consuelo.
¡Claro eso si hemos aprendido...!

Los ojos que han llorado ven mejor pues las lágrimas lavan el alma.
A el dolor debemos tomarlo como una parte de
la vida y aprender que es una forma de crecer espiritualmente.

Cuando en nuestra vida todo es alegría, salud,
viajes, auto nuevo, casa nueva, no elevamos los ojos al cielo,
todo es al piso, a donde estamos parados, a lo terrenal.
Pero cuando se sufre de soledad, enfermedad, tristeza,
vacío del alma, aprendemos a elevar los ojos hacia el universo
lugar de donde venimos.

Nuestra alma
debe asumir la plena responsabilidad de la vida y aceptar todas las
condiciones que nos da.
Son condiciones que representan momentos cruciales en nuestra existencia.
La vida siempre nos otorga un tiempo para reflexionar
sobre temas que creemos que no nos tocan.

Marga®

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