Amaneceres...
En mi oídos escucho el eco de sus voces
con su desprecio
su desaire...
y canto bien alto para no oírlos.
Quisiera desatar aquellos amaneceres
y dejarlos volar como si nunca
hubieran existido...
suspiro y ... flotan en mi memoria,
como el duende pequeño de gorra roja
burlándose de mi desolado amanecer.
Ya no espero ni siquiera el murmullo
del rocío caer...
solo están los actos cercenados
acurrucados en el muro del silencio...
Marga®
2 comentarios:
Leyéndote con agrado, tu poesía refleja tristeza y desazón. Abrazos desde el Perú, Julia
Enhorabuena por tu blog, porque todos los que escribimos remamos en la misma dirección y aportamos miles de granos de arena a la felicidad de los demás...un beso desde azpeitia
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