Recuerdos y más recuerdos,
de los buenos y de los
otros.
Con preguntas ancestrales
que aparecen de
noche
y
quedan
debajo de la almohada.
Cautivada
por mis
ancestros,
resisto los
amaneceres
y mis ojos permanecen
clavados
en el
horizonte.
Y quedo
escondida
en el hueco de mis
pupilas
con la misma pregunta
:
¿puedo
amarte?
Sin destino y de espaldas
a la
vida,
con los ojos clavados en
el Universo
esperando las nuevas
alas,
para volar sin vagar en
las sombras...
Marga.
ni esclavo que no haya
tenido un rey entre los suyos.
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