Es fácil culpar al viento de lo
que pase...
Que el viento tenga la culpa de
empujarme a la vereda,
en cada lluviosa mañana de un verano corto y
mojado...
Que el viento tenga la culpa
de que el amor se moje,
y ...
falten botas y
paraguas.
Que el viento tenga toda la
culpa de intentar engañarme...
siendo las mentiras tantas
que se confunden con las verdades.
Que el viento tenga toda la
culpa de despeinar mi cabello
y no saber
compensarme...
No puedo culpar al viento, yo
he dejado la ventana abierta,
pues yo soy y seré la única
culpable...
Besos en las mejillas,
Marga.
Vive plenamente mientras puedas y no
calcules el precio.
Omar Khayyam
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