Me
descubro en el amor
y en la
resistencia
de mi
propia humanidad,
por
encima de mi SER.
Me
descubro con la delicadeza
más
sencilla, con la más
inocente
imaginación.
Me
descubro con los delirios
de
siempre, con anhelos y esperanzas.
Me
descubro recóndita y abismal,
arañando
los rincones
de ésta
existencia.
Me
descubro que he cambiado,
como todo cambia,
donde
todo se transforma...
Me
descubro queriendo saber,
me
descubro descubriendo...
que nada
tiene misterio y
que Todo
es un misterio.
Me descubro con el
corazón
repleto de
sentimientos encontrados
y ... las manos
vacías...
1 comentario:
Marga, tienes las manos cargadas de sentimientos, nunca estarán vacias de un amigo... de un amor.
Precioso poema, lleno de hermosos descubrimientos.
Un abrazo.
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