lunes, 26 de marzo de 2012

Junto a la luna y las estrellas...


De pronto despierto sobresaltada,
en el silencio de la noche...
Alguien llora ...
Tomo mi bata y salgo al jardín...
temblorosa ...
y no oigo nada.
Miré el reloj que cuelga en la cocina,
son las tres de la madrugada.
En medio del cielo ...
una luna radiante...
y cristalina ...
mirándome ...
rodeada de una multitud de estrellas,
me esperaban...
Y juntas compartimos un vaso
de jugo de naranja
brindamos ... y...
sin oir nada más que el canto
de los grillos ...
regreso a la cama.

Marga®

Marga Seoane

© Todos los derechos reservados




Estamos hechos, en buena parte,

de memoria, de nuestra pobre y endeble memoria.

Y esa memoria esté hecha,

a su vez en buena parte de olvido.

Jorge L. Borges

7 comentarios:

roberto dijo...

Hola Marga, me gusta la noche, podés sentir el palpitar de estrellas desde el inmenso cielo, que nos acaricia como un gran telón de terciopelo.

Un abrazo.

Gil dijo...

La Luna te necesitaba...Casi siempre le necesitamos nosotros.

Lindo poema!

Saludos

Pensamientos Oportunos dijo...

Conectarse con ese infinito es un don de ´pocos.
Hermoso Marga.
Un beso

EL AVE PEREGRINA dijo...

Los sueños, querida Marga, suelen darnos estos sobresaltos...pero la luna y las estrellas...son buenas consejeras.

Un abrazo.

Lola dijo...

Precioso el regalo que te tenía deparado la noche.
Esos son momentos únicos que hay que atesorar.

Un abrazo

J.J. Jacobo dijo...

Adorable el juego con el zumo de naranja

Unknown dijo...

Precioso y lleno de ternura y magia.
Encantada de quedarme en tu blog.