lunes, 8 de septiembre de 2008

HOY...


La vida social impone un esfuerzo personal de comunicación que resulta a
veces muy fatigoso, sobre todo en el contacto diario con personas
cada vez más neuróticas...
cada día más temerosas y desconfiadas.
Aparte de las diferencias de nivel entre las personas en el
dominio del lenguaje, que entorpecen la comunicación, debemos contar con las
distancias culturales,
los prejuicios, las convicciones,
las religiones,
los motivos personales y la intolerancia...
Hoy propongo seamos tolerantes y un poco menos desconfiados y temerosos.
Marga

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