Elegir, elegir, elegir...¡Siempre!
Aumenta tus alternativas.
Cuando te creas víctima de tus emociones negativas, hacé una lista de las otras formas en que podrías responder, aún cuando te parezcan imposibles para tu forma de ser:
por ejemplo enfrentar la situación a pesar del miedo.
De esta forma abrimos un abanico de posibilidades que no te atreverías ni a soñar...
Eligir, eligir, eligir... ¡ Siempre!
Tenemos el poder de elegir cómo nos queremos sentir.
No perdamos este derecho.
Marga
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