Imagino a mi abuela
junto a los susurros de las noches
entre bombas...,
y de golpe corriendo detrás de un barco hacia América para dejar muy lejos a Beirut, su última estrella.
Ordenando la confusión de la huída... tan jóven ... tan bella.
Evoco sus primeros años en el Líbano.
Sus cejas fruncidas como un ovillo de hilo, ojos grandes y negros, su sonrisa tímida y escondida detrás de un velo.
Con ropa de fiesta y manos de obrera
y un pañuelo en la mano para secar
las lágrimas... de Beirut aquel mar de escombros.
Marga ®
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